Existen distintas maneras de perder peso, pero no todas son iguales ni recomendables.
1- Perder peso eliminando agua
Cuando sudamos mucho o seguimos dietas muy restrictivas en carbohidratos, podemos perder peso rápidamente, pero esta pérdida de peso será temporal ya que el cuerpo recuperará esa agua rápidamente.
Los carbohidratos se almacenan en el cuerpo como glucógeno en los músculos y el hígado. Por cada gramo de glucógeno almacenado, el cuerpo también retiene entre 2 y 3 gramos de agua. Al reducir drásticamente los carbohidratos:
Se agotan las reservas de glucógeno.
El agua asociada también se pierde, provocando una reducción rápida del peso inicial.
2- Perder peso perdiendo músculo
Si no comes suficiente proteína o haces dietas extremas, puedes perder masa muscular. Aunque la báscula baje, esto puede tener consecuencias negativas para la salud como:
- Reducción del metabolismo basal
El músculo consume más energía en reposo que otros tejidos, como la grasa. Al perder músculo, tu metabolismo se ralentiza, lo que puede hacer más difícil mantener o perder peso en el futuro.
- Debilidad y fatiga
La pérdida de masa muscular afecta la fuerza y la capacidad para realizar actividades cotidianas como caminar, subir escaleras o cargar objetos. Esto puede hacerte sentir más cansado/a y menos funcional.
- Mayor riesgo de lesiones
Los músculos fuertes protegen tus articulaciones y mejoran tu equilibrio. Si pierdes músculo, eres más propenso/a a sufrir lesiones, como esguinces o caídas, especialmente en personas mayores.
- Disminución de la salud ósea
El músculo está estrechamente relacionado con la densidad ósea. La pérdida muscular puede contribuir a un mayor riesgo de osteoporosis y fracturas.
- Impacto en el sistema inmune y recuperación
Un cuerpo con menos músculo tiene menos reservas proteicas necesarias para la regeneración celular y la función inmunitaria, lo que puede dificultar la recuperación tras una enfermedad o lesión.
3- Perder peso perdiendo grasa
Esta es la opción ideal. Se trata de perder grasa con una estrategia que nos permita estar en déficit calórico, alimentándonos correctamente y practicando ejercicio regular de fuerza.
Este tipo de pérdida de peso mejora tu salud y es sostenible a largo plazo.
La clave está en hacerlo de manera progresiva, buscando la estrategia que mejor se adapte a ti y a tus necesidades.
Recuerda: No se trata solo de perder peso, sino de ganar salud.